Historia

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En tierras de Castilla y León, entre Segovia y Valladolid, formando parte de ambas provincias, se encuentra el territorio de la Comunidad de Villa y Tierra de Íscar, integrada en la actualidad por siete pueblos: Íscar, Cogeces de Íscar, Megeces, Pedrajas de San Esteban, Villaverde de Íscar, Remondo y Fuente el Olmo de Íscar.

Aunque históricamente todos estos lugares pertenecieron a la provincia de Segovia, en Castilla la Vieja, desde el año 1833 Íscar, Cogeces, Megeces y Pedrajas de San Esteban fueron integradas en la provincia de Valladolid.

El territorio en que se asienta la Comunidad de Villa y Tierra de Íscar forma parte de la Tierra de Pinares, comarca vallisoletana y segoviana situada en las campiñas de la Cuenca del Duero o Submeseta Septentrional, en el borde sur de la comunidad autónoma de Castilla y León.

Su relieve es poco accidentado. La amplia llanura pinariega, intercalada de campos de cultivo, se extiende a los pies del Monte de Íscar, páramo con alturas cercanas a los 850 metros. Pequeñas cuestas rompen la llanura del paisaje en los alrededores de Villaverde y Fuente el Olmo.

Villaverde estaba situado en terreno llano, rodeado de prados y tierras húmedas. Dos calles principales aglutinaban las casas de la población. La calle Real, donde se encontraba la casa del concejo, atravesaba el pueblo enlazando os caminos que llevaban a Íscar y a Coca. Otra calle, paralela a la anterior, unía la plazuela de la iglesia con la casa de curato, cercana a la fuente del Pilar. El casco viejo se iría ampliando por el sur hacia el Humilladero, donde hoy se dice el Barrio Nuevo.

En Villaverde de Íscar, la Iglesia de San Sebastián sufrió importantes reformas barrocas. De época románica destaca, por su antigüedad, el exterior del ábside mudéjar de ladrillo, segmentado en tres cuerpos. El primero está formado por recuadros y los dos superiores por arcos ciegos que tienen la particularidad de que los más altos cabalgan sobre las claves de los del inferior.

El irregular trazado de arquerías denota el trabajo de unos artífices rurales poco avezados y que imitaban las formas de otros templos mudéjares mejor construidos de la zona.

Dedicación pinariega de las gentes de Villaverde de Íscar.

La existencia de extensas masas de pinares en los alrededores de Villaverde de Íscar determinó que sus gentes se dedicaran de modo especial a trabajos pinariegos.

- cortar pinos, serrar y labrar sus maderas.

- bajar las piñas albares y recolectar sus piñones.

- abrir los pino negrales y recoger su resina para elaborar pez y otros productos de ella derivados.

A finales del siglo XIX y durante gran parte del siglo XX gran número de vecinos de Villaverde seguían dedicándose a labrar las maderas, resinar los pinos y elaborar pez en las pegueras. De gran tradición también la recogida de los piñotes del pino negral, con objeto de transportarlos a Valladolid y venderlos por las calles para encender las cocinas.